Para disfrutar de nuestra vida sexual de la mejor forma, lo primero que tenemos que hacer es ser consientes de que cosas son las que nos gustan y cuales no. Dentro del sin número de posibilidades que existen, podemos encontrar gustos que para muchos en general pueden parecer extraños e incluso imposibles de poder generar excitación sexual.
Índice
¿Qué es el fetichismo?
El fetichismo consiste en la obtención de excitación sexual a través de un objeto específico o una parte del cuerpo en especial. Aunque podemos encontrar los más raros fetiches. El fetichismo es considerado como una práctica inofensiva. Aunque registramos casos en donde se lastima a terceros o al propio cuerpo. En estos casos lo mejor es tener en cuenta la opinión de un experto para evitar problemas.
Los objetos sexuales no son considerados fetiches y el DSM-IV lo considera una enfermedad sólo en los casos en dónde no se puede conseguir excitación a partir del objeto fetiche. También se trata como enfermedad si afecta las relaciones sociales o si se ven involucradas en la vida laboral.
Por lo general los objetos fetiches están relacionados con implementos que utilizan hombres y mujeres dentro de su vestimenta. Pueden ser: tangas, bragas, medias, zapatos, sujetadores... Y, aunque, parece extraño incluso tops. Por lo general estos objetos toman más valor sexual para la persona fetichista, cuando la persona involucrada ha usado en algún momento la prenda. Se diferencia del gusto que tiene una persona hacia determinada lencería o ropa interior de mujer. Para el fetichista la atención no está en la persona, si no en el objeto que para él produce placer sexual.
¿Cómo se emplean y cómo se consiguen los fetiches?
En el momento de las relaciones íntimas. Ya sea en pareja o a solas. El fetichista busca conseguir su satisfacción llevando puesto, frotando u oliendo el objeto fetiche. Algunas teorías psicológicas buscan explicar estas conductas sexuales a partir del condicionamiento u aprendizaje. Una causa en dónde el placer puede haber sido aprendido por alguna experiencia en la infancia. Se ha podido relacionar el placer sexual y un determinado objeto. Esta vinculación se mantendría en la edad adulta.
Cuando las personas no tienen acceso a su objeto fetiche con facilidad, pueden recurrir a buscarlo de las formas más complicadas. Se pueden involucrar en labores en dónde estos objetos se encuentren con facilidad. Podemos ver como se escoge una profesión, un hobby o haciéndose voluntarios en un lugar en donde puedan encontrar dichos objetos con regularidad.
Cuando no se tiene una pareja que comparta este singular gusto, se buscan alternativas como la prostitución. Ahí se cambia dinero por el uso de estos objetos que causan el placer. Estas personas pueden, de manera voluntaria, mirar, leer, comprar o coleccionar fotografías, películas o libros relacionados con el tipo de estímulos sexuales preferidos.
¿Qué opinan los fetichistas del fetichismo?
La mayoría de personas que disfrutan de esta particularidad aseguran no tener ningún tipo de malestar. El único problema es el conflicto social al ser conductas poco aceptadas a nivel social. Otros, manifiestan intensos sentimientos de culpa, vergüenza y depresión por necesitar realizar actividades sexuales inusuales. Actividades que no son aceptadas socialmente o que se consideran inmorales. Esto no les permite en la mayor cantidad de casos realizar una actividad sexual recíproca y afectiva. Por lo que en algunos casos hay quienes pueden desarrollar disfunciones sexuales.
Es importante aprender a reconocerse individualmente con los gustos y creencias que tenemos de la sexualidad. Tenemos que ser lo más honestos con nosotros mismos. Además, de con las personas con las que decidimos compartir momentos de intimidad sexual. Esto con el objetivo de evitar malos entendidos que puedan terminar en momentos de incomodidad. Podemos generar sensaciones de malestar incluso para las relaciones futuras.
Hay que tener en cuenta que todas estas prácticas son válidas siempre. Siempre que no signifiquen peligro para las personas que estén involucradas y sea completamente consensuado. De lo contrario, podría ser que se este cayendo en la ilegalidad. Si la obtención del placer sexual sólo se puede obtener con ciertos objetos que puedan conducirnos a acciones no legítimos, se puede terminar por hacer daño a personas. Trayendo consecuencias no solo para ellas si no para quien realiza la práctica. Por lo que si los deseos que se tienen son demasiado recurrentes, no permiten el desarrollo de una vida cotidiana tranquila y conducen a realizar acciones ilegales, lo mejor es buscar ayuda profesional.
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